Somos Teresa y Caridad, nuestro sueño era conservar y actualizar la histórica casa donde crecimos para poder seguir disfrutándola, compartirla con vosotros y que fuera también parte de vuestra historia.

La vivienda de nuestros antepasados durante generaciones, después de haber sido un convento, con su crucero en la fachada, hoy es “Las Hazanas” y su antiguo pajar es “La casita del Pajar”.

“Hazana” es una palabra típica de nuestro pueblo y que la RAE definió como “faena casera habitual y propia de la mujer”. Muchas personas lo confunden con Hazañas, para lo que a la palabra solo le falta el “moño”, el que sí tenían muchas mujeres rurales cuyas hazanas ciertamente, eran verdaderas hazañas cotidianas, en estos pueblos aislados, sin servicios ni comodidades, viendo lo de fuera desde dentro, sosteniendo casas y familias, trabajadoras, luchadoras y arriesgadas (como nosotras).

Hoy nuestras “hazanas” y también “hazañas”, son superar las dificultades de un emprendimiento, mantener el patrimonio, respetar nuestro entorno, dar vida al pueblo y tener las casas perfectamente limpias y cuidadas con la ilusión de compartirlas con vosotros.

Así, nuestro sueño ya es una realidad que suena a bullicio y alegría cada fin de semana.